BANGKOK, TAILANDIA – Hace tres años, 62 miembros de la Santa Iglesia Reformada de Shenzhen de China, también conocida como la Iglesia Mayflower, huyeron a Corea del Sur para escapar de la persecución del gobierno comunista. Solicitaron asilo político en Corea del Sur, pero se les negó. La iglesia está ahora en Tailandia, donde los miembros esperan obtener el estatus de refugiado y, finalmente, reasentarse en los Estados Unidos. Hasta entonces, se enfrentan a muchos desafíos, incluido el posible arresto por parte de la policía de inmigración de Tailandia y ser enviados de regreso a China. Paul Pan, de 14 años, es hijo del líder de la Iglesia Mayflower, el pastor Yongguang Pan. Todavía puede recordar vívidamente cómo la policía china irrumpió en la iglesia de su casa y acosó a su madre cuando solo tenía seis años.
“Se llevaron a muchos hermanos, se los llevaron. Recuerdo a mi madre, tres policías la atraparon y trataron de tirarla. Ella trata de detenerlos. Se dieron cuenta de que no quería moverse, así que agarraron sus pies y se la llevaron”, dijo Paul a CBN News. Paul dice que no tenía miedo entonces porque sabía que sus padres serían liberados en unas pocas horas.
Sin embargo, a medida que crecía, el miedo comenzó a aparecer. “Tengo ese temor de que algún día se los lleven y mi hermana y yo vayamos a la casa de otra familia”, dijo. Paul ahora está más preocupado por su padre, el pastor Youngguang Pan. El pastor Pan dirigió a la congregación de Shenzhen fuera de China en 2019, llevándolos a Corea del Sur en busca de la libertad religiosa. Abandonaron China debido a las crecientes amenazas contra la iglesia por parte del gobierno comunista. En 2018, el gobierno comunista impuso regulaciones revisadas que incluían limitar el lugar de culto designado, quién podría servir como líder y dónde los cristianos podían evangelizar legalmente.
El pastor Pan le dijo a CBN News: “Las autoridades gubernamentales vinieron y amenazaron a mi arrendador. Le ordenaron que no extendiera nuestro contrato de arrendamiento y nos obligaron a irnos. Colocaron policías justo afuera de nuestra residencia y me estaban siguiendo. La policía nos detuvo en medio del culto y nos ordenó que dejáramos de reunirnos”. Guangbo You, un anciano de la iglesia, dijo: “La policía me llevó a mí, al pastor Pan y a un hermano en Cristo a quien la policía golpeó. La persecución policial se estaba volviendo más grave y sentimos que el espacio donde podemos vivir se estaba volviendo más pequeño. Nuestra única esperanza es que nuestra familia pueda vivir en un lugar donde podamos adorar a Dios y enseñar esto a nuestros hijos. Para que adoren libremente a Dios toda su vida”. Sin embargo, después de dos años y medio, el gobierno de Corea del Sur negó la solicitud de asilo de las familias Mayflower. Luego huyeron a Tailandia, donde buscan el estatus de refugiado para solicitar asilo político en los Estados Unidos.
La Iglesia Mayflower cree que son como los israelitas en Éxodo que Dios sacó de Egipto. La mayoría de las iglesias cristianas en el mundo occidental apoyan esta idea, pero las iglesias cristianas dentro de China piensan lo contrario. El pastor Tim Conkling de China Ministries International explicó los puntos de vista contradictorios. “Los cristianos de la iglesia doméstica china tienen una identidad propia de ser un mártir patriótico.
Están dispuestos a sufrir y ser martirizados por su fe. Entonces, cuando un grupo decide abandonar la persecución y el martirio, eso crea cierta tensión en lo que se ha convertido en una identidad cultural y religiosa de todo el movimiento protestante de la iglesia doméstica en China. Conkling señaló, sin embargo, que si estudias el libro de Hechos en la Biblia, el apóstol Pablo también huyó de la persecución.
Si bien los miembros de la iglesia aún enfrentan restricciones y posibles deportaciones, disfrutan de la libertad que tienen para adorar. “Lucho con muchas incertidumbres en mi corazón como la mayoría de mi congregación. Pero encontramos fortaleza cada vez que experimentamos cómo Dios ha estado proveyendo fielmente para nuestras necesidades diarias y cómo Él nos está protegiendo constantemente de los hombres malvados que quieren hacernos daño”, dijo el pastor Pan. “Ya sea que vayamos a vivir a los Estados Unidos o nos lleven de regreso a China, consideraremos esta experiencia como escuchar el llamado de Dios y continuar siendo un testimonio vibrante de Su bondad y fidelidad”.